Elegir el mejor plato para tu peludito tiene su ciencia. Así como eliges su comida, según su anatomía, raza y modo de vida, así mismo debe ser su plato. Dado que cada perrhijo es diferente aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a escoger el recipiente perfecto.

GUÍATE POR SU ANATOMÍA Y RAZA

Hay perros de razas grandes que además son altos; para ellos, la ubicación y altura de su plato es importantísimo. Un plato demasiado bajo puede ocasionarles inconvenientes digestivos. Cuando comen, al bajar la cabeza, entra aire y esto afecta al estómago. Un plato elevado ayudará a reducir la regurgitación, que dificulta la deglución de la comida. Te recomendamos buscar platos que estén a 20 centímetros del suelo.

Para perros que pertenezcan a razas braquiocefálicas (céfalo acortado) como Bóxer, Bulldog, Pug, Shitzu y similares, los platos anchos, con la amplitud necesaria para que pueda mover la mandíbula y masticar su alimento sin problema, son ideales. Mientras que para peluditos con orejas largas como los Basset Hound o un Cocker Spaniel lo óptimo es un plato angosto pero profundo, donde únicamente le quepa el hocico y que las orejas no interfieran mientras se alimenta.

Por otro lado, un perro con un hocico largo, como una Salchicha o un Galgo, puede golpearse la nariz en el fondo de un plato poco profundo. Un plato hondo le permitirá tener suficiente espacio para alimentarse sin lastimarse.

OBSERVA LA VELOCIDAD Y FORMA DE ALIMENTARSE

Si observas que tu perro come muy rápido, hay platos que están diseñados con laberintos para garantizar que coma más lento, lo cual mejora su digestión. Esto implica que el perro asimile mejor los nutrientes y evite el desarrollo de problemas pulmonares, así como problemas de eructos.

Tip extra. Además de la forma y tamaño del plato, es importante también discernir el material. En el mercado podemos encontrar recipientes plásticos, de acero inoxidable o incluso de cerámica. Para escoger el mejor, considera si el plato estará a la intemperie o en lugares cerrados y si se encontrará en un entorno húmedo, seco o cerca de espacios que propicien la aparición de hongos.

Aquí te contamos algunas características de cada material para que puedas optar por el ideal para tu perrurín.

Acero inoxidable: son duraderos, fáciles de limpiar y recomendable para perros inquietos, ya que pueden jugar con el plato sin dañarlo.

Plástico: son los más accesibles, pero normalmente de baja resistencia. El material con el que se fabrican puede ocasionar alergia en algunos perros, además de su rápido desgaste con la exposición al sol.

Barro: ayudan a mantener el agua fría por más tiempo y son estéticos.

Piedra: son a prueba de todo, ideales para perros hiperactivos, ya que son pesados, por lo que es complicado que tu perro lo pueda empujar, volcar o morder.

Madera y acero inoxidable: es la combinación entre estética y funcionalidad, porque la base de madera contiene un plato de acero inoxidable y removible para lavar.

Otra buena práctica con respecto a los platos de nuestros peludos es comprar un plato con base de goma. Así evitaremos que riegue su comida.

Conclusión: Ahora que ya sabes estos detalles, podrás escoger mejor el recipiente para tu consentido. El bienestar de tu mascota es prioridad y la elección del plato es tan importante como la elección de un buen alimento. Cuando lo adquieras, asegúrate de limpiarlo todos los días para evitar la acumulación de bacterias.